miércoles, 5 de diciembre de 2012

NAPOLEÓN SOLO: A FUEGO LENTO HASTA LA EBULLICIÓN

Escrito por David Dato
Y ebullieron, vaya si ebullieron…
Mérito tienen, al menos conmigo, porque yo llegué frío a la presentación de su segundo disco en la Sala El Sol. Llegué frío no sólo por la temperatura polar que se vivía en Madrid el pasado 30 de Noviembre, sino por estos 3 factores:
1.- No había escuchado ni una canción de su segundo y último disco (“Chica disco”)
2.- No eran unos desconocidos para mí, pero digamos que no soy fan. Digamos mejor que la iniciativa de ir al concierto fue de una amiga y yo no sé decir que no.
3.- La entrada me costó 12€ (más gastos de gestión) y el día antes del concierto las vendían en Letbonus a 7,20. (Maldije mucho cuando me enteré de esto). 
Por eso el inicio del concierto, musicalmente hablando, me la repanpinfló bastante y me fijé en otras cosas durante las primeras canciones. Cosas que quizás escaparon a los ojos de los/as “fanes” y que creo deberían de saber. Siguiendo con la numeración (¡viva la numeración! que diría el Puma), esto fue lo que atrajo mi atención en los inicios del concierto:


             1.- El pelazo de los componentes Le dije a mi amiga (la de la iniciativa y la sazón fotógrafa para esta publicación) que intentar captar las cabelleras de los Napoleón Solo, pero he visto en su facebook que Jesus Stroszek  tenía una cámara mejor y el posado a su favor.


Observad: Es como un pantone del pelazo.

Napoleón Solo
El de la derecha, el del pelo más normal, estaba más atrás en el escenario. Sospecho que se avergonzaban de su cabellera común.
  
2.- Lo raro (alto) que sostenía la guitarra la voz del grupo (Alonso Díaz). Al menos en comparación con sus compañeros y con el resto de guitarristas que haya visto antes en mi vida. 
Napoleón Solo
Obsérvese que prácticamente la sostiene con el sobaco

           3.- Las inquietantes figuras sentadas en un palco de la sala.
 
Napoleón Solo
Dos hombres de unos 50 años. Juro que estaban ahí todo el concierto, quietos e inquietantes. Les hice tres fotos y en la última me saludaron. Escalofrío.
 …Y luego ya me centré en lo que pasaba en el escenario. Noté que la comunión con el público crecía con cada canción, la gente bailaba, botaba, cantaba y yo de repente me noté menos frío y confieso que salí de allí en ebullición y tarareando “Lolaila Carmona”.

PS: Por cierto, el corte número 7 de “Chica disco” se llama “Desastre No. 1”. Buena canción. ¡VIVA LA NUMERACIÓN!
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