Fotos de Refugio Interior y Alicia Civera
Si hay globos, serpentina y
confeti….¡indudablemente estás en el concierto de La Casa Azul!. Nada menos que
28 temas cantó ayer Guille Milkyway durante dos horas y media, a pesar de que
estaba enfermo de la garganta y su voz no era la de siempre. Prometió dar lo
mejor y añadió: “lo supliré con estar contento”. Con muchas risas, fallos en
las letras y un público muy entregado, que abarrotaba la Sala Noise, La Casa
Azul hizo su especial revolución.
Guille aparecía flanqueado por
sus músicos, Álvaro y Pablo, todos con extraños cascos y delante de unas
pantallas. Un típico de La Casa Azul, una puesta en escena muy cuidada que
añade más espectáculo a la música de letras divertidas. Para empezar ‘Los
chicos hoy saltarán a la pista’ y ‘Chicle cosmos’. Pero también hubo tiempo
para letras emotivas como con ‘Yo También’ canción por la que Guille ganó un
Goya.
Nunca hay bastantes canciones
cuando se trata de La Casa Azul, sus conciertos se hacen más cortos porque
Guille nos mantiene atentos y porque hay que bailar cada canción. Creo que es
uno de los conciertos más largos a los que he asistido, y mira que La
Habitación Roja cuando se pone a tocar en su tierra, le cuesta terminar un
concierto. Pero ayer Guille tenía mucho que cantar y mucho que contar porque
habló bastante.
Agradeció en innumerables
ocasiones al público su presencia, la verdad es que es la segunda vez que ‘La
Polinesia Meridional’ (2003) llega a la ciudad como ya os contamos y, muchos repetimos. Pero el concierto fue distinto, Guille se mostró todavía
más cercano al público y no quería defraudar a los fans. Cuando se situaba solo
en el piano el público empezaba a pedirle canciones, él reconoció que tiene
mala memoria y que se le olvidan las letras, pero aún así lo intentó con “Siempre
brilla el sol” de 2003.
Las letras ayer no eran su
fuerte, porque esa no fue la única ocasión en la que le faltaban palabras,
también le pasó alguna que otra vez más, él lo achacó a “las rimas consonantes”.
Suponemos que la improvisación y su concentración en la voz hizo que el público
tuviera que apoyarle para cantar y recordar. Pero no importó porque los asistentes
de la Sala Noise lo aman, estaban encantados, atentos a cada movimiento e
hipnotizados por las pantallas. De hecho Milkyway explicó que en otro concierto
también tenía bastante mal la voz y que entonces podía cantar como Sergio
Dalma, “le van a salir los nódulos del estómago”, añadió.
El público empezó a pedirle la
revolución y llegó a Noise ‘La Revolución Sexual’, después Guille admitió que
no tenía más canciones preparadas pero aún así nos deleitó con tres más para
terminar con la maravillosa “Triple salto mortal”. Nuestro apreciado Guille se
despedía de nosotros así: “Muchas gracias guapos ha sido súper bonito”. Gracias
a ti.
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